Enseñar Distinto: Innovar con una mirada curiosa

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Melina Furman es doctora en Educación por la Universidad de Columbia, Estados Unidos, y bióloga por la Universidad de Buenos Aires. Profesora de la Universidad de San Andrés en Argentina. Es investigadora, docente, formadora de formadores y autora de numerosos libros sobre cómo enseñar para despertar la curiosidad y el pensamiento crítico en todas las edades.

Desde hace tiempo la idea de innovar en la enseñanza se ha vuelto un mantra de la educación, casi un cliché. Y muchos hablan de la necesidad de pensar de nuevas maneras la organización de los espacios, los agrupamientos de los estudiantes, el uso de la tecnología, las metodologías de enseñanza, la definición de los tiempos para las distintas propuestas.

Sin duda, existen diversas maneras de pensar una enseñanza diferente. Y todas son necesarias, si buscamos que los ojos de los estudiantes brillen y las mentes se expandan. En mi caso, la propuesta «Enseñar Distinto» se basa en un concepto simple y poderoso a la vez. Se trata de que, como docentes, podamos mirar nuestra práctica cotidiana (individualmente y en equipo con colegas) de modo curioso, pensando en qué nos entusiasma, nos orgullece y hacemos bien y, por ende, queremos conservar, atesorar y profundizar, y qué necesitamos modificar a partir de lo que podemos y sabemos, y con ayuda de otros y de nuevas lecturas, métodos y propuestas. Como si nos estiráramos un poco más lejos de lo que nuestra zona de confort nos permite. Aprovechando los saberes que ya tenemos, aquellas fortalezas profesionales en las que nos podemos apoyar. Pero yendo un poco más allá, buscando nuevas maneras de llegar a los estudiantes, de priorizar el contenido, de evaluar de modo más auténtico, de conectar el conocimiento con la vida real, de buscar el aprendizaje profundo más allá de los conocimientos declarativos que se enuncian y luego se olvidan.

Enseñar distinto. Se trata de encontrar ese diferencial que sabemos que hace falta en cada una de nuestras aulas. Aquello que no está resultando como querríamos pero que sabemos que puede ser mejorado. De nuevo, con ayuda de otros que quieren buscar junto con nosotros maneras diferentes de enseñar. Maneras que nos entusiasmen más, que conecten esos contenidos curriculares que tenemos que enseñar con aquello que resulta apasionante y relevante de cada disciplina. Haciéndonos preguntas tales como: De esta unidad temática, ¿qué es lo que los alumnos no se pueden perder? ¿Cuáles son las ideas más apasionantes? ¿Cómo puedo vincular estos contenidos con la vida real de los alumnos, o con problemáticas actuales? ¿Qué tipo de actividades auténticas en las que ponga en juego las prácticas de la disciplina puedo proponer para que aprender esos contenidos se vuelva una aventura del conocimiento y no un saber estático que los alumnos responden para un trabajo práctico o una evaluación y al día siguiente les resulta ajeno, como si nunca lo hubiesen estudiado?

Ejemplos prácticos

Les doy dos ejemplos muy sencillos que justamente hablan de esos pequeños cambios que generan transformaciones profundas. Uso una metáfora que llamo la «clínica de preguntas», porque usa la imagen de una clínica en la cual la pregunta más simple, declarativa y poco vinculada con el mundo real entra, sufre una transformación, una mejora, y sale como un caso de la vida real que los alumnos deben responder como si fueran expertos de esa disciplina.

Primer ejemplo, de ciencias naturales.

AntesDespués

Describí el planeta Marte.
¿Qué tiene en común con el planeta Tierra y en qué se diferencia?


Te mandan en una misión exploratoria a Marte y descubrís que hay varias razones por las cuales los terrestres podríamos llegar a poblar Marte en un futuro lejano. Nuevamente, en el planeta Tierra, estás al frente de un auditorio interesado en escuchar tus descubrimientos. Convéncelos de las razones por las que vale la pena invertir dinero en continuar la misión.

 
Fuente de los ejemplos: Enseñar Distinto (Furman, 2021, Editorial Siglo XXI)


Segundo ejemplo, de literatura.

AntesDespués
¿Cuáles son las especificidades del guion cinematográfico?
Tu profesora de lengua acaba de lanzar el proyecto cinematográfico «Yo, Shakespeare» para la adaptación del texto dramático de Macbeth.
Para su realización cada alumno eligió un departamento: 1) dramaturgia y dirección, 2) actuación, 3) arte, audio y fotografía y 4) montaje y edición.

Vos elegiste participar en el grupo de dramaturgia y tenéis la difícil tarea de demostrar tus habilidades como guionista. Para demostrar tu capacidad, selecciona una escena y escribe el guion teniendo en cuenta todos los registros necesarios y específicos del guion cinematográfico, de modo que no le falte ningún dato al grupo de actores y a los encargados del arte para cuando tengan que hacer la puesta.
Fuente de los ejemplos: Enseñar Distinto (Furman, 2021, Editorial Siglo XXI)

¿Cómo se hace para trabajar con la clínica de preguntas que dio origen a los ejemplos anteriores? Aquí no les puedo dar recetas únicas, pero sí tres secretos.

  • El primero es contextualizar el contenido en una situación, cuanto más auténtica y conectada con la vida de los estudiantes mejor. Inventar historias, ponerles nombre a los personajes o buscar episodios actuales o pasados para darle marco al contenido. Hay algo especialmente potente en el uso de la narrativa: a los seres humanos nos encanta que nos cuenten historias, porque esas historias nos conectan con nuestra emocionalidad y humanizan el contenido.
  • El segundo es que esa situación plantee un problema o un desafío que requiera, para ser resuelto, que los estudiantes no declaren el contenido sino que lo usen, lo apliquen.
  • El tercero es que los estudiantes tengan que asumir un rol protagónico en la respuesta: situarlos por ejemplo como expertos, investigadores, consejeros, consultores o referentes, que tengan que ayudar a resolver el problema, dirimir un debate, proponer una idea o dar una recomendación.

Volviendo al comienzo, se trata de generar pequeños cambios en aquello que hacemos cotidianamente, identificando por dónde empezar y cuáles son nuestras fortalezas como profesionales para, desde allí, buscar la manera de plantear el aprendizaje como una aventura del pensamiento en la que todos los estudiantes puedan participar, con ojos que, de a poco, vuelven a brillar a medida que sus mentes se expanden hacia nuevos horizontes.